“Es absolutamente horrible”, dijo el alcalde, Bill de Blasio. “Es una pérdida inestimable, y es simplemente imposible imaginar tantas vidas perdidas en un lugar”.
Es difÃcil determinar si la ola de fallecimientos en el Centro Geriátrico Isabella de Manhattan es el peor brote en una residencia de ancianos del paÃs porque, incluso dentro de una misma ciudad, estos centros informan de los decesos de forma diferente. Un conteo estatal de fallecidos en centros de mayores publicado el viernes reflejó solo 13 en ese.
Pero responsables de la residencia, con capacidad para 705 personas, confirmaron que desde el miércoles 46 residentes que dieron positivo al COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, habÃan muerto, además de otros 52 “posibles” casos. Algunos murieron en el centro y otros luego de ser atendidos en hospitales.
La cantidad de cuerpos era tan abrumador que la residencia ordenó un camión refrigerador para almacenarlos porque las funerarias tardan dÃas en hacerse cargo de los cadáveres.
“Inicialmente, Isabella, como todas las demás residencias de ancianos de la ciudad de Nueva York, tenÃa acceso limitado a pruebas internas generalizadas y consistentes para diagnosticar rápidamente a nuestros residentes y personal”, dijo Audrey Waters, vocera del centro, en un correo electrónico.
“Esto obstaculizó nuestra capacidad para identificar a quienes estaban contagiados o asintomáticos, a pesar de nuestros esfuerzos por separar rápidamente a cualquiera que presentase sÃntomas”. Isabella también tuvo problemas de escasez de personal, por lo que tuvo que contratar a agencias externas, y para proporcionar equipos de protección a sus empleados. El centro “tiene más acceso a las pruebas” ahora, dijo Waters.
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