Por Dionicio Ripoll
En República Dominicana, el acceso a servicios de salud a través de las administradoras de riesgos de salud (ARS) ha sido presentado como un avance hacia la universalización del derecho a la salud. Sin embargo, la realidad que enfrentan millones de dominicanos revela un sistema que, lejos de garantizar protección, genera frustración, desigualdad y un impacto negativo en la salud física y mental de los más vulnerables.
Un sistema que excluye más de lo que protege. Actualmente, más de 10,5 millones de personas están afiliadas al Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), distribuidas entre el régimen contributivo y el régimen subsidiado.
A pesar de esta cobertura masiva, el sistema presenta graves deficiencias: las ARS pagan menos de RD$500 por consulta médica, obligando a los profesionales a cobrar diferencias que oscilan entre RD$500 y RD$2,000, lo que convierte cada visita médica en una carga económica para el paciente.
El 44% del gasto en salud proviene directamente del bolsillo de los hogares, muy por encima del promedio regional del 25%, lo que evidencia una cobertura insuficiente. Muchos servicios esenciales están excluidos del catálogo de prestaciones: tratamientos para infertilidad, adicciones, obesidad, cirugías estéticas, trasplantes (excepto riñón, médula ósea y córnea), visitas médicas domiciliarias, entre otros. Medicamentos y tratamientos: una cobertura limitada.
El sistema de ARS se basa en el Cuadro Básico de Medicamentos Esenciales, que excluye una gran cantidad de tratamientos modernos y especializados. Esto obliga a los pacientes a adquirir medicamentos costosos por cuenta propia, o a abandonar sus tratamientos por falta de recursos. Una experiencia personal que revela el problema es la que presentamos a continuación.
Hace apenas unas semanas, acudí a una consulta médica con mi seguro activo. A pesar de estar afiliado a una ARS reconocida, el médico me informó que debía pagar una diferencia de RD$2,000 por la consulta, ya que el monto que le reembolsaba la ARS no cubría ni siquiera sus gastos operativos.
Esta situación, repetida en múltiples clínicas, me hizo reflexionar sobre la verdadera utilidad del seguro que pago mensualmente. Pero lo más desconcertante ocurrió al momento de adquirir el medicamento recetado.
A pesar de ser la primera vez en el año que necesitaba un tratamiento, el seguro no cubrió el medicamento, obligándome a asumir el costo completo. Esto me llevó a preguntarme: ¿Qué pasa con el dinero asignado per cápita para cubrir medicamentos? ¿Cuál es el monto real de esta cobertura? ¿Por qué hay tantos obstáculos para acceder a un servicio que ya está financiado? La sensación que queda es amarga, ya que la medicina parece peor que la enfermedad.
El sistema, lejos de aliviar, agrava la carga emocional y económica del paciente. Y si esto ocurre con quienes tienen seguro, uno se pregunta ¿qué queda para los que no lo tienen? Salud mental y emocional: el daño invisible.
La frustración de no poder acceder a servicios médicos adecuados, el estrés financiero por los copagos y la sensación de abandono por parte del sistema generan un impacto profundo en la salud mental de los ciudadanos. La salud emocional, muchas veces ignorada, se ve afectada por la incertidumbre y el desgaste que implica enfrentar enfermedades sin respaldo real. ¿Hacia dónde vamos? La cobertura de salud en República Dominicana necesita una revisión profunda.
Entre los elementos que se hacen urgentes están los siguientes: Revisar el catálogo de servicios y medicamentos cubiertos para ampliar la cobertura. Aumenter el pago a los médicos para evitar el cobro de diferencias abusivas. Fortalecer la supervisión y regulación de las ARS. Garantizar que el sistema priorice la salud del paciente por encima del beneficio económico.
La cobertura de salud en RD, tal como está estructurada, no cumple con los principios de equidad, accesibilidad y protección que deben regir un sistema de seguridad social. Es momento de abrir el debate, exigir transparencia y construir un modelo que realmente cuide la salud de todos los dominicanos, especialmente de los más vulnerables.


No hay comentarios:
Publicar un comentario